martes, 24 de noviembre de 2009

El Símbolo Perdido...




   Es realmente curioso como un escritor con tan poco talento como Dan Brown (a mi modo de ver claro) ha conseguido ser el escritor más leido del mundo. Sin duda su secreto está en la prosa fácil, accecible a todo el mundo y la historia llena de misterios religiosos y conspiraciones ocultas que tanto gusta al lector...

   Acabo de terminar de leer El Símbolo Perdido, última novela del mencionado Dan Brown y tercera que protagoniza su conocidísimo héroe el profesor Robert Langdon. No quiero andarme por rodeos, me considero un lector neutral y no juzgo un libro por su campaña publicitaria, por la fama de su autor o por la repercusión que es capaz de levantar. Es evidente que con su Código Da Vinci, Brown encontró un filón que lo ha hecho de oro, y básicamente se está limitando a exprimirlo. Con el éxito de la mencionada novela, sacó a la luz otras que habían pasado con más pena que gloria, obteniendo otro triunfo sonado con Ángeles y Demonios. Cómo sus otras obras, como La Fortaleza Digital o La Conspiración, no alcanzaron el nivel de las que protagoniza el experto en simbología de Harvard, es lógico que tanto Brown como seguramente su editor y agente, se centre en publicar más aventuras de Langdon.

  No me ha gustado. Esa es la opinión que ha despertado en mí el libro al terminarlo. ¿Las razones? Pues básicamente que es muy parecido al Código Da Vinci. Me ha resultado tan semejante, que incluso hay pasajes del libro que se podrían intercalar en el best seller mencionado sin que nadie notase nada extraño. Confieso que leí El Código Da Vinci, movido por la corriente que se creó en torno al libro y debo decir que no me disgustó, tampoco me emocionó, pero fue una lectura amena. Tras acabarlo, llegó a mis manos, Ángeles y Demonios y no puedo sino afirmar que para mí es la mejor aventura de Robert Langdon, o al menos la que a mí más me cautivó. Sin embargo, El Símbolo Perdido es una novela de continuista, donde sólo por el nombre de su protagonista o por el escritor, venderá millones de ejemplares entre sus fans. No aporta nada nuevo, no profundiza en el personaje de Langdon, que se nos muestra quizás más alejado que en sus anteriores apariciones. De todas formas, vuelve a ser un libro fácil de leer, con capítulos muy cortos que animan a seguir leyendo y facilitan su comprensión, así que si te gustan los libros de aventuras, las conspiraciones masónicas, o simplemente eres un fan de Robert Langdon te gustará El Símbolo Perdido, sino cumples alguno de estos requisitos, espérate a que Tom Hanks se enfunde de nuevo el jersey de lana y la chaqueta para meterse de nuevo en la piel del profesor en la gran pantalla.



  Cuando algo termina, otra cosa comienza, así que he empezado con Drácula, el no muerto, escrita por el sobrino de Bran Stoker y que pretende continuar la historia de la novela original que nos dejó su tío. Habrá que darle una oportunidad, ya os contaré si el talento se hereda en los genes o más bien es una simple cuestión monetaria...