Castlevania ha sido una franquicia que prácticamente ha existido y evolucionado al mismo tiempo que la tecnología de los videojuegos. Así, una saga con un planteamiento simple como es que un miembro o descendiente de la familia Belmont se enfrentaba a innumerables monstruos y peligros para derrotar a Drácula, quién resucitaría en el siglo siguiente, pero dónde tendría que lidiar nuevamente con otro cazavampiros de la dinastía de los Belmont. Sin embargo, y a pesar de que estamos hablando de una serie de culto, los intentos por llevar Castlevania a las 3D fueron todos fallidos y decepcionantes para los jugadores. No obstante, Konami decidió resucitar de nuevo la dinastía y puso un nuevo proyecto en manos de un estudio español (Mercury Steam), dando como resultado el fantástico Castlevania: Lords of Shadows. En esta ocasión nos metemos en la piel de Gabriel Belmont, miembro de La Hermandad de la Luz, que deberá derrotar a los tres Señores Oscuros para resucitar a su amada Marie.
Gráficamente estamos ante un juego espléndido, con un diseño y modelado de personajes magnífico y una ambientación con una escenografía maravillosa. Quizás hallan descuidado un poco las animaciones, que no están tan conseguidas, pero eso no es óbice para resaltar la calidad y belleza visual que el título posee. los diseñadores han conseguido representar un universo Castlevania con gran imaginación y una faceta artística notable. Por contra hay que puntualizar que existen varios fallos de la cámara automática que entorpecen a veces la labor del juador. El apartado sonoro es otra cosa: por un lado nos encontramos con una banda sonora sublime, que sorprende por su calidad, al igual que un extraordinario trabajo por parte de los actores de doblaje, aunque hay que señalar que el no estar doblado a la lengua de Cervantes le resta unas décimas de la nota final (más aún cuando es un juego creado en España y por españoles).
En cuanto a jugabilidad, los chicos de MS se han basado en tres pilares: Combates, Plataformas, Puzzles. Nada que no se halla visto hasta ahora, pero sin embargo bastante bien entrelazados, sin perder de vista en ningún momento el espíritu de la franquicia. Los combates beben de GOW, y se asemejan en su estructura, si bien en CLoS son algo menos gore y un poco más facilones. Eso sí, la extensísima duración del juego, hace que encontremos multitud de jefes finales y subjefes muy variados y un sin fin de enemigos cada cual con sus puntos fuertes y sus debilidades. Las plataformas se asemejan a títulos recientes como Uncharted o Prince of Persia, aunque quizás más al primero. Se componen principalmente de escaladas, asideros que se desprenden, saltos imposibles, etc. Los puzzles son en su mayoría fáciles, si bien no estaríamos ante una joya si no planteara dos o tres pruebas que quizás se te atraganten durante un tiempo. También hay dosis de exploración que consiste en rejugar varios niveles para lograr mejoras, ya que el desarrollo es bastante lineal.
Pero si hay un factor que me ha decidido a darle un 9,3 de nota al juego ha sido su extraordinario final. Y si no quieres saberlo sin jugarlo antes no sigas leyendo. Si bien la historia de CLoS no es nada del otro mundo, aunque si es original su manera de contarla, su inesperado y magnífico final la convierten en una parte importante de su éxito. Anunciaban el juego los publicistas con la frase "En tiempos oscuros, hace falta un héroe oscuro" y en ella escondían el devenir de la historia de Gabriel (que por cierto lleva el nombre del arcángel mensajero de Dios, que existe en la religión cristiana, judía y en el islam). Al final del juego, Gabriel se enfrentará a Satán, quién le ha estado utilizando para obtener el poder necesario para volver al cielo de dónde fue desterrado por su padre y confrontarlo de igual a igual. Tras derrotarlo, a Gabriel se le niega su deseo de estar con Marie, pues ni ella puede volver de entre los muertos, ni el puede morir pues se le concede el don de la inmortalidad para redimir sus pecados. Hasta ahí todo normal, pero tras los créditos vendrá la última escena dónde veremos en una Catedral de una ciudad en la actualidad, como un viejo amigo de Gabriel lo encuentra para pedirle su colaboración para frenar de nuevo a Satán. Sin embargo, cuando lo llama por su nombre, este le responde que no sabe quién es ese Gabriel, que Eu sunt Dracul (yo soy Drácula) dejando ver una impresionante transformación de nuestro héroe al llamado Príncipe de las Tinieblas.
Por supuesto estamos ante un final abierto, que sin duda irán cerrando con expansiones y esperemos futuros lanzamientos de nuevos títulos. Pero resulta cuanto menos curioso los paralelismos que este Drácula presenta con el célebre vampiro de Stoker: ambos fueron caballeros de la Fe y defensores de su Dios, a ambos se le arrebató a su amada, la razón de su existencia y ambos aparcaron sus creencias y llevados por el rencor y el odio se convirtieron en Drácula. Una historia trágica que comienza y termina por amor.