viernes, 25 de febrero de 2011

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad


   Esa frase que sintetiza y resume todo el teorema de pensamiento de Peter Parker, puede ser también el catalizador de Cole, el protagonista de Infamous, videojuego realizado por los chicos de Sucker Punch para PS3 en exclusiva. ¿Usar los superpoderes para el bien y ayudar en lo que puedas al prójimo?, ¿o dedicarte a sembrar el caos allí por donde pases y conseguir que todos te teman? La decisión está en tu mano, bueno en tu mando más bien.



   Despiertas conmocionado en mitad de la ciudad (la consabida Empire City) descubriendo que los escombros y la sombra de la destrucción te rodean. Ha habido una gran explosión, las autoridades han declarado la cuarentena y tú, sin comerlo ni beberlo, tienes el poder de controlar la electricidad. Hasta aquí todo normal (¿a quién no le ha pasado alguna vez?), pero la cosa se complica cuando te culpan de todo lo ocurrido. Es aquí dónde debemos de tomar una decisión: limpiar nuestro nombre, o castigar a aquellos que se atrevan a presentar oposición. Este disparidad estará presente en todo el desarrollo de la aventura y someterá al jugador a mirar de reojo su Karma (puede ser azul si eres el salvador o anaranjado si eres un diablillo...) para ver si esté cumple con tu idea inicial. Para más inri, hay una serie de bandas aprovechando el momento para saquear todo lo que puedan que no nos pondrán las cosas fáciles.



   La historia del juego está bien, con una acertada narración en viñetas muy al estilo cómic. La jugabilidad es divertida, con una progresión paulatina de tus poderes aprendiendo y evolucionando los mismos. La variedad de misiones principales está muy lograda, si bien las secundarias son algo repetitivas. La banda sonora no es lo mejor del juego, y los gráficos aunque no desentonan quizás puedan ser un punto a mejorar (de hecho, con la segunda parte en boxes para su lanzamiento, el apartado gráfico presenta una increíble mejora que sin duda relanzará la franquicia y superará las ventas de su predecesor). Con todo ello, mi nota es un 7, pues la verdad es que el juego tiene esencia y demuestra potencial para ser un gran sandbox (la variedad de poderes, su duración, unos personajes creíbles, la escalada de edificios y los toques de parkour muy al estilo Assassins Creed..) pero peca de inexperto y deja al descubierto ciertos fallos que esperemos sepan subsanar (cuando llevas jugados varias horas, tienes la sensación que es un continuo ir de un sitio para otro soportando el ataque de incontables enemigos que además tienen una excelente puntería...)



  Cuando los chicos de Sucker Punch titularon a su juego Infamous (infame, que no tiene alma) lo hacían pensando que era lo más apropiado a lo que el juego en sí plantearía: la eterna división del bien y el mal, pero sin embargo, Infamous ha resultado acertado porque paradójicamente a pesar de ser entretenido y tener potencial para convertirse en una nueva bandera de PS3, le falta algo de chispa.


jueves, 24 de febrero de 2011

De tal palo... tal escritor


   La primera vez que el nombre de Joe Hill comenzó a sonar entre los lectores habituales, fue cuando su primera novela El traje del muerto se situó como numero uno en ventas en Estados Unidos. La obra llegó a España como un magnífico relato de terror, consagrando al joven Hill y otorgándole ese halo de ser el nuevo rey de miedo de la literatura. A mí el libro me gustó, pero no hasta el punto de idolatrar a su autor. Fue, a mi modo de ver, un buen comienzo para alguien que empezaba en este mundillo. Con el éxito de su ópera prima, se publicó una recopilación de relatos breves de terror que Hill había escrito tiempo atrás para algunas revistas especializadas. Se tituló Fantasmas, y aunque contiene cuentos que son originales y divertidos, he de reconocer que dejé el libro a la mitad por tedioso.



   Hace poco, Joe Hill reveló su más profundo secreto y que había conservado bien oculto hasta que su revelación no tuviera las consecuencias que podría tener si se hubiese sabido prematuramente. Es hijo de Stephen King. Así, como suena, resulta que el nuevo rey del terror de la literatura anglosajona es hijo del anterior rey (como toda monarquía que se precie). Explicó que usó (y sigue usando) el seudónimo de Joe Hill para ocultar sus raíces, pues quería labrarse un nombre por el mismo, sin que las editoriales le abriesen las puertas de par en par sólo por su apellido. Este hecho me hizo recapacitar y darle una segunda oportunidad. Recientemente me hice con un ejemplar de su segunda novela Cuernos (de reciente publicación en nuestro país) y he de decir que ahora sí, Hill se ha ganado el sobrenombre de rey o príncipe de la literatura de terror.



   Justo un año después del asesinato de su novia Merrin, Iggy despierta tras una noche de fiesta y borrachera descubriendo que le han salido cuernos. Pronto descubrirá que la gente reacciona de forma muy extraña ante ellos, desvelándole a Ig sus más íntimos secretos, sus más recónditos pensamientos y sus más inconfesables pecados. Este poder se convertirá en una maldición para el pobre Ig, que descubrirá que sus amigos, su novia actual, su familia, sus vecinos, en definitiva todos, le creen culpable del asesinato de Merrin. La vida de Ig se volverá pronto un infierno, pero poco a poco descubrirá que quizás no se esté tan mal en el infierno porque al fin y al cabo él se está convirtiendo en el diablo.



   La novela es mucho más redonda, mejor hilvanada y escrita que su predecesora. Los capítulos cuentan la vida de Ig, no sabiendo nunca si vas a leer uno que transcurra en la actualidad con sus cuernos o uno con un flashback importante que revele como sucedieron ciertos hechos. Esta mezcla de pasado, presente, niñez, adolescencia y madurez me hace un poco recordar al desarrollo de La isla de los cazadores de pájaros. Lo que hace única la obra de Hill y la convierte en un best seller, es su ritmo. No decae en ningún momento, a pesar de que el autor desvela en las primeras 100 páginas lo que la mayoría se guarda para el final. En esas primeras páginas, sabremos quién es el asesino de Merrin, porqué se le culpa a él, etc. No obstante, debemos de avanzar pues los giros que da el argumento a medida que profundiza en los distintos personajes que componen la historia no nos dejarán pestañear. Quizás no tenga ese grado de miedo o terror que si poseía El traje del muerto, pero la historia es tan cautivadora y está tan bien narrada que apenas notaremos esa ausencia hasta el final.



   Sin duda recomendaros este título, que aunque parezca simple a primera vista, encierra un pequeño tesoro. Es fascinante la transformación Kafkiana que sufre Ig, quien era una buena persona y acabará convirtiéndose en un demonio que domina a las serpientes y se revitaliza con el fuego. Un cambio necesario el de meter a una buena persona en el cuerpo de un diablo para hacer el mal y así descubrir a los demonios con forma humana que nos rodean.


miércoles, 23 de febrero de 2011

El Yoga y el Alcohol

 
   Tras una dura investigación de campo y arduos esfuerzos para lograr terminar el estudio, he llegado a la conclusión de que el alcohol tiene los mismos beneficios para el cuerpo humano que el Yoga. Esta afirmación es irrefutable casi al 100%, siendo la otra alternativa que el inventor del Yoga estuviera borracho. A las pruebas me remito:

   - 1ª Postura: Savasana, una posición de relajamiento total:






   - 2ª Postura: Balasana, una posición que trae una sensación de paz y tranquilidad:
 




   - 3ª Postura: Setu Bandha Sarvangasana, esta posición calma el cerebro y recupera piernas cansadas:
 



   - 4ª Postura: Marjayasana, esta posición provoca un masaje suave en la barriga y en la espina dorsal:
 



   - 5ª Postura: Halasana, excelente para el dolor de espaldas y para el insomnio.
 



 
      - 6ª Postura: Dolphin, excelente para los hombros, fortalece tórax, piernas y brazos:





      - 7ª Postura: Salambhasana, una forma efectiva de fortalecer músculos lumbares, piernas y brazos:
 


   - 8ª Postura: Ananda Balasana, esta posición hace un buen masaje en las caderas:



   - 9ª Postura: Malasana, esta posición estira los tobillos y músculos de la espalda:



   - 10ª Postura: Pigeon, tonifica el cuerpo, aumenta la flexibilidad y desestresa su mente:



   ¡Practiquen Yoga!


lunes, 14 de febrero de 2011

La isla de los cazadores de pájaros


   Ojeando algún periódico hace unos días, descubrí una entrevista al galés Peter May, autor del libro La isla de los cazadores de pájaros. Periodista y guionista de cierto éxito en su país, pero más bien escaso por aquí cerca, dejó los diálogos televisivos por su gran pasión: escribir. Tras varias novelas publicadas (esta es la primera traducida al castellano), nos sorprende ahora con la primera de las novelas que compondrán la trilogía de la isla de Lewis, con la que ha ganado el primer premio en el Festival de Novela Negra del Havre en 2010. No sabía decirte el porqué me llamó la atención este título, pero me dejé llevar por mi instinto y me hice con un ejemplar que he devorado en apenas tres días (400 páginas). Me ha agradado muchísimo, resultando una lectura totalmente recomendable y obligada.



   Fin MacLeod, un nativo de la isla que huyó de ella para entrar en la universidad, es un inspector de policía que investiga un crimen brutal en Edimburgo. Con una situación personal al borde del precipicio, con la muerte reciente de su hijo de ocho años y un matrimonio sin amor (muerto mucho antes del trágico suceso), Fin se ve obligado a volver a la isla que lo vio nacer y crecer, al producirse en ella otro asesinato de similares características al ocurrido en la capital de Escocia. Para más inri, la segunda víctima es un antiguo abusón del colegio en la época que estudiaba Fin. Ese regreso a su tierra natal será una catarsis, dónde le abordarán sus recuerdos más recónditos de la infancia, se reencontrará con sus antiguos compañeros de pupitre y con su primer y gran amor. Los fantasmas de una vida que creía haber dejado atrás harán su aparición, y no sólo deberá enfrentarse a ellos sino que además tendrá que descubrir a un asesino al que está obligado a atrapar.



   Lo que hace de La isla de los cazadores de pájaros una gran novela es la maestría con la que Peter May entremezcla las tramas. Consigue que el lector se sumerja en un bucle dónde giran una trama de asesinato puramente de novela negra, intercalada con episodios de la vida personal de Fin. A medida que devoras páginas (pues no se pueden leer, sino devorar..) los secretos que se encontraban escondidos en la mente del protagonista, aflorarán sin control entrelazándose directamente con los sucesos de la actualidad. La relación con los personajes que marcaron de una forma u otra su infancia, su adolescencia, su vida, la manera de afrontar sus pesadillas y sus miedos más íntimos, los sueños de la niñez que no se cumplieron y que se ven solapados por la cruel realidad, historias de traiciones, maltratos, amor correspondido (y no tanto), engaños, hijos secretos, violaciones y mentiras formarán un cóctel que servirá la pluma de May transportando al lector a un relato sumamente bello, que gira entorno a un epicentro que no es otro que el ritual anual de la caza de gugas (unos pájaros bastantes raros). Es una tradición real, dónde un puñado de hombres transcurren dos semanas en una roca gigantesca en medio del océano prácticamente aislados durante ese tiempo. Sólo pueden cazar 2.000 crías de gugas (por las protestas ecologistas y el riesgo de extinción) y hacerlo arriesgando sus propias vidas en resbaladizos desfiladeros. Al parecer son un manjar exquisito, tanto al menos como la magnífica novela de Peter May.

viernes, 11 de febrero de 2011

Perpetuo Wayne


   Este fin de semana llega a las pantallas de nuestros cines la última película de los hermanos Coen (Fargo, No es país para viejos), Valor de Ley. Con ella, hacen un intento por recuperar el sabor auténtico de los westerns que antaño inundaban las salas de todo el mundo. La película tiene la no despreciable cifra de 10 nominaciones a los Óscar que se entregarán este 27 de Marzo. Entre ellos, destacan la nominación a mejor película, a mejor actor principal (el genial y oscarizado el año pasado Jeff Bridges) o a la mejor actriz secundaria para la debutante Hailee Steinfield a sus escasas 14 primaveras.



   Valor de Ley es un remake o versión de otra cinta de 1969 con el mismo título, basado a su vez en una novela de Charles Portis. Reunió un elenco entonces encabezado por John Wayne, Glen Campbell, Robert Duvall o Dennis Hoper. Se puede considerar un clásico del género, pues supuso para su mayor icono, Wayne, el único Óscar de su carrera (además también obtuvo por el papel del alguacil Cogburn el Globo de Oro y el Golden Laurel de ese año).

   Dicen los hermanos Coen que Wayne no es un referente de su generación, y quizá tengan razón. Que no se trata de un homenaje o un híbrido, sino que es otra forma de contar la misma historia. Se refieren, con acierto, a que la versión de 1969 quizás no respetara exactamente el texto de la novela original, saltándose situaciones con cierto humor negro y cambiando el final de la misma (quizás por la censura y la época en la que se realizó). El libro se centra más en la visión de una niña de 14 años que contrata al tuerto y alcohólico Cogburn para vengar la muerte de su padre a manos del cobarde Chaney. Es mucho más duro, con más violencia explícita que quizás se suavizó en la versión protagonizada por Wayne. Espero que los Coen hagan honor a su fama y disfrutar tras muchos años de espera, de un western crepuscular.



miércoles, 9 de febrero de 2011

Fe de erratas

  
   Algunas veces (pocas espero) no me da tiempo de repasar un post o simplemente se me pasa algún fallo ortográfico o gramatical por las prisas en la redacción del texto y espero que sepáis perdonarme por ello. Sin embargo, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra... y para muestra un botón: es bien sabido que mis compañeros médicos escriben de forma ilegible (se lo enseñan en la facultad creo, aunque ahora con el Diraya ya no tienen excusa) pero a veces tampoco se paran a repasar lo que han escrito. Estos fragmentos que recojo a continuación son todos reales, pertenecientes a informes redactados por facultativos hospitalarios:

   - El paciente rechazó la auptosia.

   - Resbaló en el hielo y sus piernas fueron en direcciones opuestas a primeros de diciembre.

   - Para cuando ingresó, su corazón había dejado de latir y se encontraba mucho mejor.

   - Al segundo día la rodilla estaba mucho mejor y al tercero había desaparecido completamente.

   - El paciente se ha olvidado los glóbulos blancos en otro hospital.

   - La paciente experimenta dolor en el pecho si se tumba de lado izquierdo durante un año.

   - El paciente está deprimido desde que comenzó a visitarme en 1983.

   - La paciente no para de llorar, también parece que está deprimida.

   - El paciente dejó el hospital sintiéndose mejor, salvo por sus dolencias originales.

   - Sujeto varón de 69 años, decrépito pero de aspecto sano. Estado mental activo, pero olvidadizo.

   - La paciente expiró en el suelo tranquilamente.

   - La piel estaba húmeda y seca.

   - El examen rectal reveló una tiroides de tamaño normal.

   - Afirma que ha sufrido estreñimiento durante toda su vida, hasta 1989 cuando se divorció.

   - El paciente presenta dolores de cabeza ocasionales, constantes e infrecuentes.

   - El paciente gozaba de buena salud hasta que se estrelló su avioneta.

   Desde aquí pedir perdón por si en un futuro vez detectan algún que otro gazapo "perdonable" en mi blog. Pero ya saben que el que tiene boca se equivoca.. y el que escribe también.


martes, 8 de febrero de 2011

El gigante que se resiste a caer


   El galés Kent Follet vuelve al escenario literario actual con su última obra La caída de los gigantes. Avisa que no es más que el comienzo de una trilogía que dedicará al siglo XX, y en esta abarcará los primeros años del siglo hasta 1924, con La Primer Guerra Mundial como telón de fondo, prepárese el lector para sumergirse en unas historias ficticias mezcladas con la realidad más absoluta de no hace tanto tiempo. Cómo según dice Follet, es la historia de nuestros abuelos, de nuestros padres, y todo lo que aparece en la novela sucedió o pudo haber sucedido (en referencia a cuando se cruzan personajes históricos con ficticios).

   Si los Pilares de la Tierra, la acción giraba en torno a la construcción de una catedral, en La caída de los gigantes nos mostrará cómo se gesta una gran guerra, con sus intrigas de embajadas, sus intereses políticos y financieros, su espionaje camuflado, sus amores prohibidos, bodas secretas, adulterios, embarazos no deseados e hijos bastardos, luchas sindicales y políticas, etc. Con la invención de cinco familias ubicadas en los países claves para contar la historia (Galeses, Británicos, Americanos, Rusos y Alemanes), Follet narra a su manera su particular versión de aquellos años convulsos y de cómo cambiaron el mundo.



   Tengo la convicción que Kent Follet es un maestro para contar una historia dentro de un concreto marco histórico. Me encantan sus novelas ambientadas en La Segunda Guerra Mundial como El ojo de la aguja o el Códice Rebeca. Sin embargo, en esta ocasión peca quizás de previsible. A pesar de su extensísima trama (más de mil páginas) no te aburres en ningún momento y devoras hojas con avídez, pero si eres un poco ducho en Historia y conoces más o menos como se desarrollaron parte de los acontecimientos, te encontrarás fases que resulten un ir y venir constante para terminar en un punto que ya conoces. Me refiero por ejemplo a la parte en la que se decidía si los países entrarían en guerra o no. Muchas son las tramas o intentos por parte de algunos de los protagonistas para evitar la Gran Guerra (durante casi 300 páginas), pero en el fondo sabes que se va a producir y que todos las tentativas resultarán en balde.



   En resumen, es una novela muy del estilo del escritor galés, con grandes intrigas políticas y amorosas,la lucha de clases entre nobleza y obreros, la pelea constante por los derechos de las mujeres y los retratos de personajes que escribieron sus nombres en los libros de historia (Churchill, Lennin, Nicolás II, Woodrow Wilson, etc). Si usted conoce poco de la historia del siglo XX, la novela le cautivará todavía más, donándole además de unas historias profundas, un retrato objetivo de cómo era la vida en aquellos momentos en los principales focos del planeta y de los acontecimientos que contribuyeron a que el mundo actual sea hoy como es (Primera Guerra Mundial, La Revolución Rusa, Las luchas de clases, raza o sexo, etc..).



   La segunda parte de la trilogía, tiene un comienzo cuando al final de La caída de los gigantes, se menciona que han arrestado a un tal Adolf Hitler como cabecilla de una pequeña rebelión. Se me antoja una continuación memorable, pues Follet se mueve como pez en el agua en el terreno de La Segunda Guerra Mundial y podremos seguir la evolución de los distintos personajes presentados en esta primera entrega (imagino ya al diplomático alemán Walter conspirar en la sombra contra el Tercer Reich o al joven ruso Lev convertirse un gánster especializado en quebrantar la Ley Seca...). Prevista para 2012, sólo podemos esperar que Follet siga empeñado en ser ese gigante literario que se resiste a caer.

El arte de la guerra

  
   La mayoría de los juegos que se anuncian a bombo y platillo, después causan una gran decepción al no ofrecer todas las cualidades que prometieron al principio. Esto, sin embargo, no ocurre con los juegos Gears of War y Gears of War 2, donde los chicos de Epic Games han ofrecido incluso más de lo que se esperaban. El resultado es un shooter épico, que marca un estilo propio, millonario en ventas y que se convirtió por méritos propios en el icono de la XBOX de Microsoft.




   Existen juegos que por alguna razón u otra, han marcado un antes y después en el mundillo de la videodiversión. El primer Gears of War es uno de ellos. No sabría decirte el porqué, pues son varias las razones, pero es seguro que es un clásico de esos que nunca faltarán en las estanterías de las tiendas por mucho que pasen los años. Su segunda entrega, GOW 2, es bastante continuista y con alguna mejora visual, por lo que estamos ante una continuación fantástica. Se suele decir que "nunca segundas partes fueron buenas, menos la del Quijote..." pues bien quizás podríamos cambiar en la frase al triste hidalgo de Castilla por el aguerrido y rudo sargento Marcus Phoenix.



   En un mercado dónde los llamados Shooters son el producto estrella, e incluso lo saturan, innovar en este aspecto se antoja sumamente complicado. ¿Cómo lo han conseguido con Gears of War? Simplente haciendo un producto sin fisuras, dónde la innovación la encontramos en la perfección de todas sus características: gráficamente insuperable y con un marcado aspecto cinematográfico visualmente hablando, un sistema de combate basado en tácticas militares auténticas, con una I.A. de los enemigos muy alta y una variedad e imaginación notables en el armamento, una historia y una ambientación cautivadoras (de hecho se han publicado una serie de novelas y cómics para completarla), una banda sonora espléndida, unas gotas de gore para calmar a sus seguidores y un multijugador on line que sigue siendo a día de hoy el más solicitado para los jugones de la red.


   ¿Arriesgaron cuando decidieron hacer un shooter en tercera persona? Yo creo que sí, pero que acertaron de pleno. Que te metas en la piel del sargento Phoenix es parte de la historia y absolutamente necesario para una correcta evolución de la historia y personalidad de los distintos personajes. Además, el fantástico sistema de coberturas es en parte posible gracias a ello. Otro de los puntos fuertes es su variedad. Se nos plantean situaciones de las más variopintas a lo largo de las campañas de ambos títulos, haciendo que en ningún momento se te haga repetitivo y que tengas que tener la sangre fría para adaptarte a los cambios y a las técnicas que se precisan en cada situación para salir airoso.

   En definitiva, un 9,5 se me antoja justo para cada una de las entregas, si bien pueden subir hasta el 10 si alargan algo la campaña individual. Para este año, esta previsto la salida de Gears of War 3, por lo que parece que quedan aún muchas batallas que librar para vencer la guerra con los temibles Locust.